VALORES – FUNDAMENTOS
LIDERAZGO COHESIONADO, ÍNTEGRO Y COMPROMETIDO
LIDERAZGO COHESIONADO
Si usted llena un vaso de agua lentamente, percibirá que el líquido llegará muy cerca de los límites del borde del vaso, sin derramarse. Eso ocurre por causa de la llamada “fuerza de cohesión” entre las moléculas. Si este fenómeno ocurre en el mundo de la física, imagine entonces lo que la cohesión puede producir entre seres que piensan y sienten.
Tenemos que ser iguales, constantes y cohesionados, siendo uno solo y teniendo a Cristo como modelo de moral e integridad.
Jesús dijo: “el que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo. 12:30b) y “toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá” (Mateo. 12:25). Él quería decirnos que, como iglesia, si no hay cohesión, no puede haber unión, ni unidad ni victoria.
LIDERAZGO INTEGRO
Nuestra cohesión tiene que ser hecha en un liderazgo íntegro y comprometido con las buenas obras.
La falta de integridad se refleja en pecados como la mentira, la falsedad, el engaño y la hipocresía. Todas estas obras destruyen la cohesión, estimulan los celos y crean la desconfianza.
Hay promesas para los que quieren vivir en integridad:
Dios nos hace idóneos, confía en nosotros, en nuestra integridad, porque Cristo vive en nosotros. Colosenses 1:12.
Dios nos hace ministros competentes de un nuevo pacto. 2 Corintios 3:5-6.
Dios promete guardarnos irreprensibles hasta la segunda venida de Cristo. 1 Tesalonicenses 5:23
Dios promete ayudarnos si queremos ser líderes íntegros. 2 Corintios 7:1 Juan 1:7.
LIDERAZGO COMPROMETIDO
Cuando Jesús vino al mundo, vino a cumplir compromisos que firmó con el Padre. Lucas 19:10; Juan 19:30. ¿Qué sería de nosotros si Él no hubiera cumplido sus compromisos? No habría perdón de pecados, resurrección, esperanza, salvación… nada. Jesús continúa hoy cumpliendo sus compromisos y lo seguirá haciendo hasta que vuelva.
Compromiso es la disposición de ánimo para dar nuestro tiempo, talentos, y tesoros para el crecimiento de la obra. Como líderes tenemos que ser íntegros en la cohesión y compromiso con la obra de Dios (Lucas 2:49). ¿Cómo podemos ser líderes cristianos si no tenemos compromiso?
Algunos compromisos que debemos asumir ahora:
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Comprometernos con el eterno propósito de Dios: “Ser una familia de muchos hijos semejantes a su Hijo Jesús”. Romanos 8:28-29.
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Conocer más a Dios a través de la oración y estudio de la Palabra.
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Dar parte de nuestro tiempo, de nuestros talentos y recursos para el crecimiento de la obra.
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Comprometernos a ser una familia unida. Colosenses 3:8-16, Hechos 2:46.
OBREROS PARA EJERCER SU VOCACIÓN MINISTERIAL
Jesús vino al mundo como un obrero capacitado por el Padre para cumplir una misión. Marcos 10:45; Lucas 19:10.
Durante su ministerio terrenal Jesús llamó a algunos para que lo siguieran. Mateo 4:18-20. ¿Cómo identificaba a los que eran aptos para seguirlo, y cómo los seguidores identificaban quién los llamaba?, ¿Será que los obreros del reino eran llamados al azar?, ¿Estarían esos obreros en condiciones?, ¿Tendrían vocación ministerial para ese llamado?
Los primeros discípulos que siguieron a Jesús eran preparados por Juan el Bautista. Juan 1:29-42.
Jesús continúo preparándolos a lo largo de su ministerio.
Cuando Jesús envió a los doce discípulos, tal como leemos en Mateo 10, hizo provisión para un liderazgo eficiente. Les dio:
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* Una dirección (v.5),
* Una prioridad (v.6),
* Un objetivo (v.7),
* Les dio autoridad y gracia para alcanzar la meta (v: 8),
* Suplió sus necesidades (v9, 10),
* Suplió la estrategia para la acción y el éxito de la misión (vs.11-16) y
* Les instruyó (vs.16-42).
No basta nombrar y enviar obreros. Es preciso que tengan un llamado, una vocación de servicio, y la plenitud del Espíritu Santo sobre sus vidas. También necesitan una “cobertura espiritual” para que se sientan seguros, amparados y confiados.
IGLESIA COMO EXPRESIÓN DEL CUERPO DE CRISTO
¿El cuerpo de Cristo está formado por iglesias? No. El cuerpo de Cristo no está formado por iglesias sino por los miembros que componen la Iglesia, 1 Corintios 12:27; “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”.
La iglesia está compuesta por todos los miembros que han recibido la palabra Viviente -Jesucristo-, en sus corazones, y han sido bautizados. 1 Corintios 12:13; 1 Pedro 1:23; Tito 3:5.
Como Iglesia Cristiana de la Familia estamos dispuestos a trabajar con todas las iglesias cuyos miembros forman parte del Cuerpo de Cristo y participan del mismo pan. 1 Corintios 10: 17.
Hechos 2:42-46 enseña que si somos un solo cuerpo tenemos que extendernos hacia arriba (comunión con Dios), hacia afuera (alcanzar el mundo), y hacia adentro (comunión con todos los miembros). Si somos un cuerpo tenemos que estar en alianza, unidos en amor, con otras iglesias (Efesios. 4:3-6, 15-16).
Trabajar en alianza no significa cambio de planes y objetivos, o que perderemos nuestros distintivos como iglesia, sino que podemos trabajar con otras iglesias concertando amigablemente, quizás con puntos de vista diferentes, pero con la misma misión de ir al mundo y hacer discípulos. Mateo 28:19-20.
RELACIONAMIENTOS DE AMOR
Existen tres palabras en griego: eros, fileo y ágape que han sido traducidas al español en una sola palabra: Amor.
Eros: Palabra que identifica el deseo de nuestros sentidos y las inclinaciones sensuales.
Fileo: Palabra utilizada para identificar la amistad y el amor a los familiares.
Ágape: Es el amor de Dios; el más puro, el más profundo, expresado no nada más por las emociones, sino mediante un acto de la voluntad. Se ama “a pesar de…” 1 Corintios 13:4-7.
El amor ágape es el amor sobrenatural de Dios revelado por medio de la cruz de Cristo. Romanos 5:8; Efesios 2:4-5.
Es tan perfecto este amor que Dios nos ama con el mismo amor con el cual amó a Su Hijo Jesucristo. Juan 17:23.
El amor es la única motivación legítima para la práctica de la vida cristiana “Quien ama al prójimo ha cumplido la ley”. Romanos 13:8-10.
El que tiene amor es paciente para escuchar y perdonar. Colosenses 3:13-14. Jesús nos amará hasta el fin. Juan 13:1. Nosotros no merecíamos ese amor, merecíamos la condenación por nuestros pecados; pero Dios de pura gracia nos escogió y nos llamó a Su reino.
LA PREDICACIÓN Y SUS ATRIBUTOS
La palabra de Dios es al mismo tiempo simple en cuanto a su mensaje principal, pero compleja cuando penetramos en su intimidad.
La palabra no toca el intelecto solamente, sino toca el alma; no fue escrita para agradar a los letrados con su literatura, sino para agradar a los simples con su propuesta. 1 Corintios 1:27.
Simple, es la palabra que puede ser entendida por todos, que consigue transmitir con facilidad el mensaje de Jesús, y lleva a meditar en su situación personal y a desear un cambio espiritual en su vida.
PALABRA HONESTA
Para hablar sobre la predicación honesta vamos a referirnos a 1 Pedro 5:2-3, “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”.
En base a este pasaje podemos deducir que la Palabra de Dios:
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No puede ser usada como un arma de ataque, tampoco de sonar como una terrible amenaza.
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No puede ser usada por el predicador para beneficio propio o para dominar a las personas.
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No debe engrandecer al predicador, sino a Cristo.
PALABRA DE AMOR
La palabra amor combate el pecado por amor al pecador generando esperanza, vivificando, restaurando, reconciliando, sacando de las tinieblas y trayendo para la luz.
La palabra predicada sin amor despierta el temor, vuelve al creyente cautivo y dependiente de los hombres. La palabra predicada con amor despierta el temor reverente a Dios y vuelve al creyente libre para huir del pecado y escoger el bien.
PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA COMPLETA
Dios se casó con una nación, Israel, pues quería generar para sí un pueblo especial, santo y sacerdotal. Éxodo 19:6.
Pero sucedió que la esposa fue infiel y los hijos se apartaron del Señor. Jeremías 3:8-14. Siglos más tarde, de una célula santa de esa nación nació un Hijo con una misión: Consumar el plan de Dios, generando hijos semejantes a Él para llevar a cabo el propósito divino de crear una familia santa y separada del mundo. De ese modo nació la iglesia. 1 Pedro 2:9-10.
El fundamento de la Iglesia está en la familia. Dios es Padre de esta familia. Efesios 3:15. Dios escoge establecer la iglesia sobre familias bien estructuradas, que le van a dar solidez, llevando adelante el propósito que está implícito en la Biblia, de que sea formada al final una única y grande Familia para Dios. Pero el diablo, sabiendo de eso, ha establecido su plan a través de los tiempos buscando destruir la familia.
El propósito de Dios es la restauración de la familia. Dios le dijo a Abraham: “…y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Génesis 12:3b. Esta profecía se cumplió en Cristo que reconcilió todas las cosas que están en los cielos y la tierra. Colosenses 1:20.
La iglesia prevé en su instrucción y enseñanza la preservación de la familia, al estar organizada de tal manera que se provea una amplia participación a toda la familia en sus actividades, sin barrera de generaciones.
PERSONAS TRANSFORMADAS EN OBEDIENCIA A CRISTO
La obediencia es la prueba suprema de nuestro amor a Dios. “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. 1 Juan 5:3.
Obediencia es aquella actitud del corazón que voluntariamente sigue la instrucción del Espíritu de Dios, como está declarado en su Palabra. Involucra no solo conocimiento, sino la aplicación práctica de lo que se aprende en la experiencia cristiana. Lucas. 6:46.
Nunca subestime el valor de la completa obediencia, por más insignificante que parezca al hombre.
EL ROL DE LA MUJER EN LA IGLESIA
En el Edén, antes de que Dios le trajera a Eva, Adán vivía y hacía todas las cosas solo: labraba y guardaba el jardín, ponía nombre a los animales, y Dios se agradaba de su trabajo. Así Adán fructificaba, pero no se multiplicaba. Y Dios halló que eso no era bueno. Génesis 2: 15-19.
El Señor trajo a la mujer para auxiliar al hombre, y a pesar del pecado y sus consecuencias, esa unión y cooperación fueron irreversibles, 1 Corintios 11: 11-12.
Mujeres como Sara, Raquel, Ana, Rut, María y muchas otras, se destacaron por sus virtudes y fueron usadas para los propósitos de Dios. El propio Señor Jesús, aunque nunca se casó en la carne, utilizó del auxilio de las mujeres para su misión terrenal:
La virgen María, mujer de grandes cualidades, como: fe, humildad y obediencia, que le dio cobijo en su vientre santo. Lucas 1:37-48.
Juana, Susana y muchas otras “que le servirían con sus bienes”. Lucas 8:3.
La mujer cristiana es aquella que ayuda, auxilia, ampara, aconseja, y coopera con su marido, conforme al orden divino. 1 Corintios 11:33. Toda mujer puede ser activa en la iglesia y usar sus dones y talentos para servir al Señor. Además ellas tienen esa cualidad especial, esa marca, que es la feminidad que les favorece, mucho.
En el caso de la mujer soltera, tiene más tiempo para servir porque no tiene a quien cuidar. (1 Corintios 7:34).
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Sirve a la iglesia con mayor libertad que la casada;
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Tiene más disponibilidad de tiempo;
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Su objetivo es más nítido en su visión de obrera;
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Es más eficiente en el campo misionero;
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Puede usar a plenitud sus dones y virtudes dadas por el Espíritu Santo.
FORMACIÓN INTEGRAL DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE
Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19:14).
Si usted no estorba a los niños (sus hijos y de los hermanos) de venir a Jesús, ellos serán herederos del reino de la gracia de Dios. Pero ¿Cómo podemos estorbar a los niños de ir a Jesús?
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Si usted no es ejemplo de vida, los estará estorbando (1 Corintios 11:1).
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Si no los lleva a la iglesia, los estará estorbando.
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Una congregación puede impedir que los niños vayan a Jesús si es que no tiene un programa especial para ellos y para los adolescentes.
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Si usted no los educa para que crezcan en el camino de la gracia, los estará estorbando (Efesios 4:13-14).