enero 13, 2023

La Mayor Victoria que Vencer

La Mayor Victoria que Vencer

1 Samuel 24

 

   La victoria más grande que David alcanzó fue cuando se sometió a sí mismo, cuando se sometió a las autoridades, por eso Dios le hizo el Rey más grande de Israel.

¿Cómo comportarse en una cueva?  Este sub-título es un poco inusual y me imagino que usted dirá, para que yo necesito saber cómo comportarme en una cueva, si tal vez no entraré a ninguna. Bien, tal vez usted cambie de idea cuando sepa que estaremos analizando un pasaje de la vida de David que se desarrolla prácticamente dentro de una cueva y tal vez usted cambiará de opinión cuando, entre en la cueva de la tentación y trate de vengarse de sus enemigos, porque ya no lo hará como le hubiera gustado hacerlo y le permitirá a Dios que haga su justicia.

      David estaba escondido en una cueva y Saúl que lo consideraba su enemigo y quería matarlo a toda costa, entró en esa cueva, sin percatarse, sin saber que David y sus seguidores estaban en ella. Aunque David tuvo la oportunidad de matarlo, no lo hizo porque era un ungido de Dios, y únicamente le cortó el borde de su túnica. 1 de Samuel 24.

   Hemos visto los relatos Bíblicos cuando el mató un oso, mató un león, y cuando mató a Goliat.  Él era conocido por sus victorias, pero la victoria más grande que tuvo David, en su vida, está registrado en este capítulo 1 Samuel 24, y muchos aún líderes no lo han tomado verdaderamente en cuenta. Usualmente valoramos las Victoria que él tuvo sobre otros, Goliat, los filisteos, etc. pero esta fue una victoria sobre sí mismo y él aprendió la lección. Watchman Nee en su obra mayor habla sobre este principio: “Nadie tiene la autoridad de Dios, sino está bajo autoridad”.

No es el plan de Dios que usted sea derrotado por el mundo, la carne o el diablo, porque cuando Jesús murió, luego resucitó y dio a sus hijos autoridad sobre estas cosas. Pero nunca estaremos sobre las cosas que Dios puso sobre nuestros pies hasta que, nosotros deseemos y permanezcamos estar bajo la autoridad, las cosas que Dios ha puesto sobre nosotros.

     Saúl es el Rey de Israel y como rey de Israel era el escogido de Dios, aunque era un rey muy indigno. Dios iba a remplazar a Saúl con un Rey joven que era David, un hombre según el corazón de Dios. Saúl empieza a ver a David como la estrella naciente y se lo come la envidia y los celos, por eso hace de David su enemigo público número uno. Saúl enfoca todas sus acciones malévolas para matar a David. Y ahora Saúl tiene un pensamiento loco en su mente: “Matar a David”, “Matar a David”. Él acaba de tener una escaramuza con los filisteos y termina con ellos, él se da cuenta, que David está en las montañas del mar muerto en un lugar escondido, en un lugar del desierto llamado Engadi, que quiere decir el manantial de las cabras. ¿Qué lecciones podemos aprender de esta historia? 

Primero. Nosotros como David necesitamos reconocer la autoridad del reino. Mire los (v. 5-6) “Después que David le cortó…el borde del manto” …

  David entendió el principio de la autoridad del reino, David entendió que debía estar bajo la autoridad de Saúl, aunque Saúl buscaba su vida. Saúl aunque era indigno, aún era el Rey de Israel, él era el escogido, el rey ungido, pues David tuvo otra oportunidad de matar a Saúl, en 1 Samuel 26:9 “cuenta de un hombre llamado Abisai, y le dijo: “mientras su cabeza estaba durmiendo, le dijo a David escucha lo atravesaré si tú quieres de una sola vez. Pero David se lo impidió y le dijo: “No le mates, pues quien extenderá su mano sobre el ungido y será inocente…”  ¡No lo mates!  Veamos Ro. 13. “Sométase toda persona a la autoridad” … y esto le incluye a usted mi amigo…”, porque no hay otra autoridad sino de parte de Dios. -Cuando usted se rebela contra las autoridades que han sido puestas sobre usted, no es contra las autoridades que usted lo hace, es contra el Dios onmipotente. 

      Saúl tenía el espíritu de rebelión. David tenía el espíritu de sumisión. Usted nunca será más como el diablo que, “cuando se rebela” y nunca será más como el Señor Jesús que “cuando se somete”. Alguno de nosotros pensamos que: “Es que uno tiene que rebelarse, tiene que defenderse sus derechos” “Si no lo hago me van a considerar un debilucho” … No, no lo es. Usted es una persona fuerte. La más grande batalla que venció David fue cuando se sometió a las autoridades.

Segundo. Amigos y hermanos no solo debemos reconocer la autoridad del reino sino respetar la autoridad del reino.

Vamos a leer en el (v.8) “también David se levantó después y dio voces saliendo de la cueva tras de Saúl, diciendo: “Mi señor el Rey” y cuando Saúl miró atrás, David inclinó su rostro a tierra… he hizo reverencia dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen:  …mira que David procura tu mal. He aquí ahí visto tus ojos Dios ha puesto y han visto tus ojos que Dios ha puesto tu vida en mis manos y me dijeron que te matase, pero te perdoné porque dije: “No extenderé mi mano sobre mi señor porque es el ungido de Jehová, y mira padre mío, mira la orilla de tu manto, porque yo corte la orilla de tu manto y no te maté?. Conoce, pues y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni pecado contra mí, pero sin embargo tu andas buscando mi vida para quitármela. Juzgue Jehová entre tú y yo véngueme de ti Jehová, pero mi mano no será contra ti.

      ¡Amado Dios, ayúdanos a entender esto!  Espero que usted lo entienda. Señor, señora, señorita, viva esto y enséñelo a sus hijos, porque si no nunca entenderá la autoridad espiritual. Aquí tenemos a un hombre respetando la autoridad espiritual. Saúl era una autoridad indigna. Pero David reconoció esa autoridad y la respetó.

 Tercero: No solo debemos reconocer y respetar la autoridad del reino, sino reposar en la autoridad del reino, no reposar en los “Saulos”, en los “Maduros”! “Castros” o “Chauchescos”… sino repostar en el Señor. Anote lo que David dijo en el (v. 5) “..”Jehová será juez entre tú y yo… y me defienda de tu mano” David se adelantó a sus tiempos. Él entendió el concepto Nuevo Testamentario cuando dice: “No os venguéis vosotros mismos sino dejas lugar a la ira de Dios, porque escrito está, mía es la venganza, yo daré el pago”

Conclusión

Usted nunca ganará la victoria sobre sí mismo, sobre nada hasta que se entregue a Jesús, Rey de reyes y Señor de señores. Cuando usted le abra su corazón, Él le enviará al Espíritu Santo para darle paz, fortaleza, y no haya tropiezo en su vida, él le dará dirección y la autoridad del reino. 

                                                                      Charles Suárez (Fuente Adrian R.)