enero 13, 2023

El Forastero de Emaus

El Forastero de Emaus

Lucas‬ 24:13-35‬ ‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

 

“Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.  “Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” …  “Ha resucitado el Señor verdaderamente…”

     El segundo hecho más extraordinario de la historia de todos los tiempos, luego del nacimiento virginal de Jesús, ha sido su resurrección de entre los muertos, nunca antes conocida, vista ni oída por ningún narrador, ni escrita, por ningún historiador antiguo, medieval o contemporáneo.

        Hay muchos pasajes que nos narran este acontecimiento extraordinario de cómo fue la resurrección de Jesucristo, pero hay uno en especial que siempre me conmovió, por su dulzura, belleza, por su ternura, por la manera tan personal, simple, irreverente de manifestarse, donde Jesús se dio a conocer resucitado a un par de sus discípulos por el camino de Emaús. “Emaús” significa literalmente “Aldea”. “Dios llenó de dulzura este nombre en mi corazón. “Emaús” es el mundo entero, porque el Señor ha abierto ese camino para toda la tierra”.  

“Tropezando” con Jesús. Al inicio de este pasaje vemos que Él se acerca, buscando nuestra mirada, vemos cómo Jesús nos la pone fácil, consigue que las personas “tropiecen”, se encuentren con Él; ¿Qué significa esto?

  Él está siempre junto a nosotros y por amor, es quien se acerca a nosotros, y no nosotros a Él.

    Dulcemente en este pasaje de “Emaús” me puedo ver yo mismo en mis “primeros amores con el Señor”, …caminando con otros amigos o hermanos, hablando de las maravillas, los milagros que vivíamos y vivimos a diario… 

   Me emociona la narrativa llena de pasión por los acontecimientos que estos dos personajes, van compartiendo, sin saber que quien se le unió en la caminata era el mismo Jesús… ¡Ya resucitado! -Si queremos sentir su presencia, hoy en día… ¡basta dejar que se acerque más y más!!

ALGUNAS REVELACIONES DEL PASAJE.

  Primero. Jesús en los momentos más críticos, difíciles, jamás nos abandona, él se une en nuestro camino, Él se tropieza si es necesario de manera personal nos ministra y nos acompaña con su presencia y una poderosa esperanza y fe.

  • Cristo provocó el encuentro para caminar junto a aquellos hombres, para volver a rescatarlos, para que regresen a Él, Sal 23; Lc. 15: 4-7; Jn. 10)

Él está presente, acompañando a Cleofas y a ti, y a mí, en nuestro pesar y tristeza. Se cumple la palabra que dice: “estaré con vosotros todos los días hasta el fin” …él te dice: “Nunca te dejaré, nunca te abandonaré, siempre te acompañaré, siempre estaré contigo” Jesús provoca el encuentro del cristiano con la Cruz y seremos buenos cristianos en la medida en que sepamos aprovecharnos de ese sufrimiento.

Segundo. -Cristo se muestra como un simple “Forastero en Jerusalén” y se somete a nuestro nivel y capacidad y para logra abrir nuestros corazones con palabras sencillas: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? “¿Qué cosas?”. Dice él, haciéndose el distraído… Él conoce lo que pasó, pero se esmera en dar pie a la conversación.

Tercero. Debemos conocer las escrituras para identificar los tiempos.  Debemos conocer las profecías en el Antiguo Testamento y el Nuevo, saber que Jesús está a las puertas y que debemos prepararnos.  No como los principales sacerdotes, escribas que se durmieron, y quedaron con los ojos vendados sin reconocer a Jesús que ya estaba entre ellos caminando y predicando las buenas nuevas. “Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!  ¿No será que nosotros hoy podemos estar como esos sacerdotes, perdidos sin saber las cosas que van a suceder?

Cuarto. Cristo se acerca, se “tropieza” en tu camino, y nos tiende lazos de amistad, nos cautiva y busca unir tu corazón con el suyo.: Juan‬ 15:13-15‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Pero Jesús respeta la medida en que entra a tu corazón, cual es la medida en que te abres. Él no va a entrar por la ventana, tienes que abrirle la puerta.

Quinto. Tiempo de invitarlo a entrar en nuestra casa y abrir nuestro corazón. “Quédate con nosotros, porque ha oscurecido” … ¡Qué pena sería, si tú y yo no supiéramos “detener” a Jesús que pasa! ¡qué dolor, si no le pedimos que se quede! Qué pena me da saber que si hay gente que no le importa detenerlo.

   ¡Diga conmigo!¡Quédate conmigo Jesús, entra en mi casa una vez más! ¡No pases de largo entra en mi corazón para quedarte siempre! 

Sexto. En este lugar compartieron el pan. Aquí la escritura nos da una enseñanza poderosa. “Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. ¿Qué significa que al partir el pan sus ojos fueron abiertos? -No cabe más que deducir que el Señor quiere revelarse solo a quienes le buscan, a quienes de verdad le invitan a entrar a su casa.  

Séptimo. Cuando tenemos un encuentro con Jesús genuino y verdadero… y, buscamos su presencia a través de la oración, a través de la adoración y/o la lectura de la palabra de Dios, acaso ¿NO ARDE NUESTRO CORAZÓN? 

.. ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?

CONCLUSIÓN: Para estos dos discípulos, la presencia de Jesús es una intrusión, una interrupción. Jesús es un forastero que trata de introducirse en una conversación y relación que no le pertenece. Jesús es el forastero en Jerusalén, pero a pesar de todo, como hoy lo hace cada día, se convierte en un compañero fiel de viaje, alguien con quien conversar, un peregrino en el camino, un compañero de vida, se convierte nuestro mejor amigo y Señor, que al resucitar nos dio el regalo de su paz infinita, vida abundante, amor incondicional y salvación eterna. 

¡Gracias Jesús!          

Pr. Charles Suárez Gonzalez