Filipenses 4:16-19
El periodo que estemos en la nueva Jerusalén va a ser un tiempo donde vamos a disfrutar de nuestras recompensas, galardones, todo aquello que hayamos invertido en la tierra, todo lo que hayamos conquistado en estos años de vida.
Invertir es un término que va más allá de lo “monetario”:
INVERTIR: viene del latín “inversión” que significa dar vuelta hacia dentro, cambiar el sentido, gastar en algo que ofrezca intereses, ingresos o una revalorización más alta.
Podría darse a entender como: “Apostar por algo, creer en algo, VER cuando nadie más está viendo lo que puede suceder”.
Es responsabilidad del creyente, ser íntimo a Dios y de esta manera descubrir su voluntad personal, Jesús dijo: “Yo lo que hago, lo hago porque lo veo al Padre hacer”. Juan 5:19.
¿Qué invertir? Es la pregunta que toda persona tiene que hacerse para entender los recursos y herramientas que tiene y utilizarlos para cumplir la voluntad divina.
La variedad de los recursos que Dios dispuso para que nosotros podamos invertir es enorme, empezando por el versículo principal: la inversión económica (Fil. 4:15-19), los dones espirituales, las experiencias, sean buenas o sean malas y sin duda la más importante, el amor.
Existen 5 áreas donde podemos invertir, entre ellas están: cultura, profesión, ministerio o vocación…
Hoy quisiera tocar las 2 más importantes:
FAMILIA: Si yo preguntase: ¿aman a sus familias? Entiendo que la respuesta al unísono es afirmativa. En base a eso, yo les quiero preguntar, ¿Cuál es la calidad de la inversión que están haciendo en ella? Y aquí, la pregunta no es solamente en lo económico, sino en el ámbito espiritual y en ámbito emocional, en el amor. Entiendo que es redundar volver a mencionar el tiempo, el servicio, las palabras de amor, el toque físico y los regalos como muestra de amor, pero no solamente es necesario recordarlos, sino hacer esos actos valorando…
¿Cuál es la voluntad de Dios en tu familia?, ¿Qué quiere hacer Dios a través de ti en tu familia?
La familia es el ámbito de gobierno de Dios en la tierra, lo fue desde el inicio, lo es hoy y siempre lo va a ser, si esta se aparta del diseño celestial, la sociedad en si se va a ir apartando de la voluntad de Dios, es necesario volver a la unidad.
Hay tres actitudes que están metiéndose en la familia, la indiferencia, el egoísmo y la falta de perdón, lamentablemente el diablo está haciendo bien su trabajo en las familias a través de ellas.
¿Saben cuál es el área más importante de las 5 donde podemos invertir?
UNO MISMO, Nadie puede amar al prójimo si no se ama a sí mismo.
Uno no puede hacer nada, si primeramente no se siente amado por Dios, si no lo llega a entender o experimentar de manera completa.
Si no entendés que es lo que Dios quiere contigo mismo, no vas a poder cumplir ninguna de las restantes cuatro, no vas a poder ser ese profeta efectivo en tu hogar donde Dios te muestre qué es lo que quiere hacer, tampoco en tu ministerio y del mismo modo en tu profesión.
El cambio y el efecto que vamos a generar en la sociedad, en tu familia y en el lugar que te encontremos, va a ser simplemente la consecuencia de nuestra vida con Dios.
Es en la calidad de nuestro tiempo con Dios donde vamos a entender los recursos para invertir en todo aquello que Dios nos ha dado. No nos adormezcamos, los días son cortos, es tiempo de conquistar nuestra tierra prometida, es tiempo de invertir en tesoros celestiales, aprovechemos todos los recursos que tenemos para generar “crédito en nuestra cuenta.”
Permite que el Espíritu Santo te guíe en cómo utilizar sabiamente todas las herramientas que Dios te dio (Romanos 8:14).
Es tiempo de ser reyes y sacerdotes y no simplemente un modelo de tabula rasa donde el mundo escribe en nosotros.
Diego del Barrio